Dirección:
Plaza España, Graus, Huesca.
Plaza construida durante el siglo XVI. Bien de Interés Cultural desde 1975, es lugar de reunión, mercado y fiesta .
En la plaza se reúne un colorido conjunto de casa nobles con impresionantes pinturas murales.
Esta plaza porticada, para muchos la más bella de la región, ha inspirado a pintores y cineastas.
Dirección:
Graus, Huesca.
La antigua basílica de la Virgen de la Peña se alza sobre la villa de Graus. El actual templo se levantó a mediados del siglo XVI sobre un edificio románico anterior.
En los porches de su precioso claustro alberga el Museo de Iconos, repleto de iconografía cristiana ortodoxa.
Dirección:
Plaza Compañía, 2, 22430 Graus, Huesca, Spain.
Espacio Pirineos es una iniciativa social, cultural y turística del Ayuntamiento de Graus. De entrada, la rehabilitación de la antigua iglesia de la Compañía para convertirla en un magnífico equipamiento turístico y cultural, ha supuesto también la total recuperación de un monumento excepcional. La ubicación geoestratégica de Graus, puerta de dos de los valles más encantadores del Pirineo, los del Ésera y el Isábena, en plenos Pirineos centrales, determinaron claramente la tematización del proyecto en un centro de referencia de estas montañas de Europa.
De martes a sábados laborables de 11 a 14 y de 17 a 20 horas. Teléfono 974 540 001
Dirección:
22430 Graus, Huesca, Spain.
Conocido como Pontarrón, Puente de la Magdalena, de la Cruz o de Abajo es el único puente antiguo que ha sobrevivido en Graus. Se levanta sobre las aguas del Ésera, como otros que hubo en el pasado, poco después de la afluencia del Isábena, en el camino que lleva a Benabarre.
Data su obra del siglo XII, al parecer, sobre fundamentos romanos. Fue reformado en el siglo XVI. Consta de tres ojos de medio punto apeados en pilastras cilíndricas aguas abajo y sus tajamares en cuña aguas arriba.
Desde las cumbres más altas, donde perviven las últimas extensiones glaciares dominadas por el Aneto (3.404m), hasta el llano, La Ribagorza se enmarca en un lugar privilegiado donde convergen impresionantes paisajes rodeados de una naturaleza salvaje, en muchos casos aún por descubrir. Los ríos Ésera, Isábena y Noguera-Ribagorzana articulan la comarca, formando estrechos valles y profundas gargantas y congostos como el de Obarra, Ventamillo y Montrebei.
Encontrarás naturaleza, aventura, cultura, gastronomía, rutas, senderos y sobre todo mil planes en familia.
El Turbón ha sido siempre el lugar preferido y donde mejor se sentían las brujas. Dicen que corrían los tiempos del diluvio, cuando los Dioses eligieron la cumbre del Turbón para construir una fragua mitológica. También afirman que cuando la boira cubre el Turbón, habrá tormentas en todo Aragón.
Se asegura que todos los viernes del año, con el sol ya oculto, las brujas celebran reuniones, los aquelarres, en la cima del Turbón y allí danzan entorno al cabrón rojo, el diablo que surge de las cavidades de la montaña y vuelven a ellas sin que nadie las pueda ver.
Para los amantes de las montañas, cabe decir que tiene muchas vías por donde llegar al pico (2.492m) con unas vistas impresionantes de toda la cordillera pirenaica.
Desde su ubicación a los pies de los Pirineos, Somontano cuenta con unas características ideales para el cultivo de la vid. Esta pequeña zona vitivinícola cuenta con 4.000 hectáreas de viñedo que los 370 viticultores y las 32 bodegas de la Denominación de Origen miman día a día para crear vinos caracterizados por su frescura, equilibrio, fruta y modernidad. Vinos valorados por la cocina tradicional que triunfan en la gastronomía moderna.
Cuenta con diferentes variedades:
Variedades tintas: Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo, Syrah, Garnacha Tinta, Moristel, Parraleta y Pinot Noir.
Variedades blancas: Chardonnay, Gewürztraminer, Macabeo, Sauvignon Blanc, Garnacha Blanca, Riesling y Alcañón.
El Pico Cotiella (2.912 m) es la cúspide de un solitario macizo pirenaico de singulares características. A caballo entre las comarcas altoaragonesas de Sobrarbe y La Ribagorza, se muestra vigorosa esta cordillera calcárea de grandes dimensiones que corresponde con la más importante de todo el Pirineo al sur del bloque que forman los grandes macizos que superan los tres mil metros de altitud. No en vano, sus más de dos mil novecientos metros la acreditan como una atalaya de notable interés pese a no alcanzar esa mágica cifra que le otorgarían más prestigio (y visitas) aún si cabe.
Esta cima presenta sobradas credenciales para que su visita sea obligada para los pirineistas clásicos y aquellos que buscan montañas carismáticas.
Si lo que queremos son aguas tranquilas, el pantano Barasona es la mejor opción.
Equipado con embarcaderos acondicionados para la práctica del piragüismo o la navegación en barca.
También podremos disfrutar de las planeadoras hinchables, alquilar un hidropedal o realizar cursillos de esquí acuático o windsurf.
O simplemente darte un baño y sentirte como en una playa, una playa de interior en pleno Pirineo.
FOTO : foto aérea de la Base Naútica Graus a orillas del pantano Barasona (carretera Graus Benabarre km 31'5, 22588 Graus, Huesca).
A 1 hora de Graus, la espléndida naturaleza del valle de Benasque lo convierte en un espacio ideal para disfrutar de la actividad al aire libre durante todo el año. Las elevadas cumbres cubiertas de nieve en invierno, perfectas para gozar del esquí, también son en verano un paraíso que invita a disfrutar del entorno.
Déjate seducir por la espectacular riqueza paisajística del Parque Natural Posets-Maladeta, conjunto montañoso que reúne la mayor concentración de picos de más de 3.000 metros de todo el Pirineo.
El Valle de Benasque es un destino de montaña que ha sabido aprovechar la riqueza del entorno natural para elaborar productos autóctonos de primera calidad. La cocina del Valle de Benasque te acerca sin duda alguna a los aromas y sabores de alta montaña.
A 50 minutos de nuestro hotel, se encuentra la villa de Alquézar, declarada Conjunto Histórico-Artístico. Alquézar te invita a retroceder en el tiempo a través de un relajante recorrido por sus estrechas calles empedradas y rincones más emblemáticos. Su caserío se extiende a los pies de su castillo de origen islámico, convertido en colegiata tras la reconquista cristiana.
Es una visita que no te puedes perder.
A poco menos de 50 minutos de Graus se encuentra la ruta del Congost de Montrebei. Es una de las más espectaculares de toda la península. El Congost de Montrebei es una joya de la naturaleza con unas paredes verticales de más de 500 metros de altura que separan las provincias de Lleida y Huesca.
El punto de partida para realizar la ruta es el parking de la Masieta en la provincia de LLeida o el antiguo pueblo de Montfalco si decidimos realizar la ruta en sentido contrario partiendo de la provincia de Huesca.
Dirección:
Aínsa, Huesca.
Se encuentra en la comarca de Sobrarbe, que se corresponde con el antiguo Condado del mismo nombre surgido hace más de un milenio al norte de la provincia de Huesca.
Celtas, romanos, musulmanes, cristianos… una historia de diversidad y riqueza que convierte la visita a la Villa de Aínsa en un asombroso viaje en el tiempo, lleno de color y sembrado de maravillosas sorpresas.
Paseando por las viejas calles de la villa, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1965, disfrutaremos del calor de sus gentes y de la belleza de un entorno con claro sabor medieval.
Sus viejas calles, su castillo (S. XI – XVII), la muralla y sus puertas, la plaza Mayor, la iglesia de Santa Maria (S. XII), declarada Monumento Nacional, o las fachadas de casa Arnal (siglo XVI) y casa Bielsa ( siglo XVI-XVII), son un resumen pétreo de la idiosincrasia de una villa con fuerte personalidad y con un patrimonio cultural fascinante.
A 44 km de Graus, se encuentra este pequeño pueblo medieval. El origen del núcleo medieval de Montañana, declarado Bien de Interés Cultural en su calidad de Conjunto Monumental desde 1984, se remonta al siglo XI con alguna noticia anterior. En este instante y en la parte superior del cerro conformado por los barrancos de San Miguel y de San Juan se levantó la fortificación que formaba parte de la línea fronteriza desplegada a lo largo del Pirineo para propiciar la reconquista.
Un enclave medieval que ha perdurado sin apenas alteraciones hasta el siglo XXI, como si de un fósil de dicha época se tratara.